Índice de desigualdad de género
De OCHA Colombia Wiki
El Índice de Desigualdad de Género (GII) es una medida compuesta que refleja la desiguldad mujeres y varones en tres dimensiones: salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral.
Dimensiones
Varía entre cero (cuando no existe desigualdad entre mujeres y varones) y uno (cuando las mujeres o los varones salen mal parados comparados al otro sexo en todas las dimensiones).
La dimensión de salud se mide con base en dos indicadores: tasa de mortalidad materna y la tasa de fecundidad adolescente.
La dimensión de empoderamiento también se mide con dos indicadores: el porcentaje de escaños del parlamento ocupados por cada sexo y por los niveles de educación secundaria o superior obtenido.
La dimensión laboral se mide por la participación de las mujeres en la fuerza laboral.
Objetivo
El Índice de Desigualdad de Género está diseñado para revelar la medida en la que los logros de desarrollo humano nacional se ven erosionados por la desigualdad de género, así como para ofrecer fundamentos empíricos para el análisis político y los esfuerzos de promoción.
Resultados
La puntuación media global en el GII es 0,56, lo que refleja una pérdida porcentual en los avances obtenidos en las tres dimensiones a causa de la desigualdad de género, que es del 56 por cien. Las medias regionales van desde el 32 por cien en los países desarrollados de la OCDE hasta el 74 por cien del Sur de Asia. A nivel de país, las pérdidas atribuibles a la desigualdad de género oscilan entre el 17 por cien de Países Bajos, hasta el 85 por cien de Yemen. El África subsahariana, el Sur de Asia y los Estados Árabes sufren las mayores pérdidas por cuestiones de desigualdad de género. Los patrones regionales muestran que la salud reproductiva es la principal causante de la desigualdad de género en todo el mundo. Las mujeres que viven en el África subsahariana, con una brutal pérdida del 99 por cien, se ven afectadas principalmente en esta dimensión, seguido por las habitantes del Sur de Asia (98 por cien), y los Estados Árabes y América Latina y el Caribe (ambas con una pérdida del 96 por cien). Los Estados Árabes y el Sur de Asia están también caracterizados por un relativamente débil empoderamiento femenino.
Interpretación
El Índice de Desigualdad de Género es similar en cuanto a la metodología empleada al Índice de Desarrollo Humano ajustado por la Desigualdad (IHDI), véase la Nota Técnica 3 para obtener más información al respecto. Puede interpretarse como una pérdida porcentual del desarrollo humano potencial debido a las limitaciones en las dimensiones incluidas. Dado que el Índice de Desigualdad de Género incluye diferentes dimensiones al IHDI, no se puede interpretar como la pérdida en el propio HDI. Al contrario que éste último, obtener valores más elevados en el GII supone haber logrado peores resultados.
Limitaciones
El Índice de Desigualdad de Género padece de importantes limitaciones de datos, lo que acota la elección de indicadores. Por ejemplo, utilizamos la representación parlamentaria nacional, que excluye la participación a nivel de gobiernos locales y en otros ámbitos de la vida comunitaria y pública. Asimismo, la dimensión del mercado laboral no cuenta con suficiente información sobre ingresos, empleo y trabajo no remunerado realizado por mujeres. El Índice no incluye otras dimensiones importantes, como el uso del tiempo: el hecho de que muchas mujeres tienen la carga adicional de los cuidados y las tareas domésticas, que se descuentan del tiempo de ocio, y aumentan el estrés y el cansancio no se tienen en cuenta en el GII. La propiedad de bienes, la violencia de género y la participación en la toma de decisiones comunitarias tampoco se reflejan en el Índice, principalmente debido a la disponibilidad limitada de datos en estas áreas.
Datos e indicadores
El Índice de Desigualdad de Género se basa en datos incluidos en las principales bases de datos públicas: la tasa de mortalidad maternal de The State of the World’s Children de UNICEF, la tasa de fecundidad adolescente del World Population Prospects del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas, las estadísticas sobre escolarización de las hojas de datos de Barro-Lee, la representación parlamentaria de la Unión Parlamentaria Internacional, y la participación en el mercado laboral a través de la base de datos LABORSTA de la Organización Internacional del Trabajo.
Manejo de datos de salud reproductiva
Es verdad que los indicadores de salud reproductiva utilizados en el Índice de Desigualdad de Género no tienen indicadores equivalentes para los varones, por lo que, en esta dimensión, la salud reproductiva de las niñas y las mujeres se compara a lo que deberían ser objetivos sociales, es decir, que no haya muertes maternales ni embarazos de adolescentes. La razón es que al maternidad refleja la importancia que la sociedad le confiere a la función reproductiva de las mujeres. La reproducción supone un riesgo y, a menudo, comienza demasiado pronto, comprometiendo la salud y las oportunidades de futuro. La maternidad temprana, medida por la tasa de fecundidad adolescente, está asociada con mayores riesgos para la salud de las madres y de los bebés. Asimismo, las madres adolescentes suelen quedar excluidas de la educación y se ven obligadas a desempeñar labores de perfil bajo.
Cálculos
En 2010, sólo 2 de los 138 países tenían una representación parlamentaria de mujeres igual a cero. Hemos sustituido el valor cero por un 0,1 por cien para poder hacer los cálculos. La razón es que aunque no exista representación femenina en el parlamento, tienen cierta influencia política. La clasificación relativa de estos países es sensible a la elección del valor de sustitución. La representación parlamentaria más baja observada distinta a cero ha sido 0,7.
Relación con otros Índices de Género
La presentación del Índice de Desarrollo Relativo al Género (IDG) y el Índice de Potenciación de Género (IPG) en 1995 coincidió con la creciente concienciación internacional sobre la importancia de hacer un seguimiento del progreso de los esfuerzos dirigidos a eliminar las brechas de género en todos los aspectos de la vida. A pesar de que el IDG y el IPG hayan contribuido enormemente al debate de género, tienen limitaciones conceptúales y metodológicas. En la edición del vigésimo aniversario del Informe sobre Desarrollo Humano, se presenta el Índice de Desigualdad de Género como un índice experimental. No es una medida perfecta. Al igual que el HDI sigue evolucionando, también habrá que mejorar el Índice de Desigualdad de Género.
Limitaciones de Índices de Género anteriores
El IDG no es una medida de la desigualdad de género, es más bien el HDI ajustado por las desigualdades de género en sus componentes básicos y no puede interpretarse independientemente del HDI. La diferencia entre el HDI y el IDG parece pequeña, ya que las diferencias capturadas en las tres dimensiones tienden a serlo también, dando la impresión equivocada de que las brechas de género son irrelevantes. Además, hay que calcular los ingresos disgregados por género de forma muy extrema, utilizando asunciones poco realistas debido a la falta de datos sobre ingresos diferenciados por género para más de tres cuartas partes de los países. Tanto el IDG como el IPG combinaban logros relativos y absolutos. La componente de los ingresos obtenidos utiliza tanto el nivel de ingresos como los porcentajes de ingresos desagregados por género. Sin embargo, los niveles de ingresos tienden a dominar los índices y, por lo tanto, los países con niveles bajos de ingresos no pueden obtener una puntuación elevada, incluso si tienen una igualdad de género absoluta en cuanto a la distribución de los ingresos y otros componentes de los índices. Asimismo, casi todos los indicadores IPG reflejan una fuerte influencia elitista, por lo que la mediada es más relevante para los países desarrollados y las élites urbanas de los países en desarrollo. Asimismo, los indicadores utilizados como representación no corresponden al concepto subyacente.
Esfuerzos de superar limitaciones anteriores
El Índice de Desigualdad de Género presenta mejoras metodológicas e indicadores alternativos. Mide la desigualdad entre géneros en las tres dimensiones, con indicadores cuidadosamente escogidos para reflejar la salud reproductiva de las mujeres, su empoderamiento y su participación en el mercado laboral en relación a la de los varones. El Índice de Desigualdad de Género combina elementos del IDG y del IPG. Los ingresos, el componente más controvertido del IDG y del IPG, no está incluido den el Índice de Desigualdad de Género. Es más, el nuevo Índice no permite que los resultados deficientes de una dimensión se compensen con los buenos resultados obtenidos en otra. En cualquier caso, al igual que el IDG, no se puede determinar cuál de los sexos se encuentra en mejor situación con sólo mirar el valor resultante. Relevancia política y previsiones
Relevancia política
El Índice de Desigualdad de Género desvela las disparidades de género en salud, empoderamiento y mercado laboral para casi 140 países. Puede resultar útil para ayudar a los gobiernos y otros organismos a comprender mejor las brechas existentes entre mujeres y varones.
¿Cómo se relacionan el HDI ajustado por la Desigualdad y el Índice de Desigualdad de género?
El HDI ajustado por la Desigualdad define la pérdida en desarrollo humano, determinado por el HDI, a causa de la desigualdad en la distribución de la salud, la educación y los estándares de ida entre los grupos poblacionales. El Índice de Desigualdad de Género mide la pérdida de desarrollo humano debida a la desigualdad en salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral entre mujeres y varones. Las pérdidas del HDI y del Índice de Desigualdad de Género son muy parejas (0,87), lo que indica que la distribución desigual del desarrollo humano tienen mucho que ver con la desigualdad de género.
Potencial adaptación nacional
El Índice de Desigualdad de Género, al igual que otros índices compuestos globales, está limitado por la necesidad de la comparabilidad. Sin embargo, los equipos nacionales pueden utilizar los indicadores que sean más relevantes para ellos. Asimismo, la forma funcional permite extenderlo fácilmente a otros indicadores y dimensiones.
Otros índices de género alrededor del mundo
El Índice Global de Disparidad entre Géneros (GGI) del Foro Económico Mundial, publicado en octubre de 2010, difiere del GII del Informe sobre Desarrollo Humano en varios aspectos. En primer lugar, las dimensiones y los indicadores son diferentes. En segundo, el GGI mide las brechas de género sin tener en cuenta el nivel de desarrollo de un país. Por contra, el GII muestra la pérdida de avance potencial en un país debida a la desigualdad de género en salud reproductiva, empoderamiento y participación en el mercado laboral. Otro reciente índice de género, el Women’s Economic Opportunity Index (WEOI) de Economist Intelligence Unit, presentado este mismo año, se centra en leyes y regulaciones sobre la participación de las mujeres en el mercado laboral y las instituciones sociales que afectan a la participación económica de las mujeres. Incluye cinco dimensiones, a saber, política y práctica laboral, oportunidad económica de las mujeres, acceso al crédito, la educación y la formación, estatus jurídico y social de las mujeres , y entorno empresarial general. Cada categoría o subcategoría tiene entre cuatro y cinco indicadores. Al igual que el Índice de Género e Instituciones Sociales (SIGI) de la OCDE, el WEOI viene a complementar el GII, ya que nos ayuda a comprender las causas subyacentes de las desigualdades de género en el ámbito de la participación económica.